La fase de despliegue es el periodo de tiempo transcurrido entre la llegada al campo de batalla y el principio de la propia batalla, donde podrás reordenar tus unidades en la formación que más te convenga. El general enemigo desplegará a sus hombres en la zona opuesta. Es posible colocar a todas las unidades en secreto, excepto a las máquinas de asedio y los barcos debido a su tamaño. Cuando hayas terminado, pulsa el botón de comenzar batalla para empezar a luchar.
Las barricadas están diseñadas para interceptar al oponente más que para provocar bajas. A menudo se crean con árboles, piedras o tierra excavada y pueden detener el ataque de la caballería, ralentizar la marcha de la infantería o crear una zona de abatimiento de las unidades de proyectiles.
El azufre y el betún, entre otras cosas, pueden mezclarse para crear un arma bastante peligrosa. El betún permite que el azufre, que arde durante mucho tiempo, se adhiera al enemigo, especialmente los hombres y sus monturas, causando graves quemaduras e incluso la muerte. Además de las flechas incendiarias, esta mezcla puede lanzarse desde las torres durante los asedios. Un pozo de azufre puede prepararse antes de las batallas e incendiarse cuando carga el enemigo, a última hora, a poder ser, cuando ya sea demasiado tarde para darse la vuelta.
Rocas, troncos o balas de heno, se pueden incendiar para sembrar el desorden en el frente de batalla antes de un ataque, o para debilitar la moral de los defensores. Los objetos pueden rociarse con alquitrán, azufre, resina, savia, etc. según el efecto deseado. Estos elementos desplegables dan mucho mejor resultado en emboscadas y sobre terreno ondulado.
Los lechos de piedra afilada se crean con varios tipos de piedra y constituyen un sistema de defensa no letal alrededor de los asentamientos. Las piedras se pueden hundir en la tierra o apilarse de manera irregular. La infantería encuentra muy difícil atravesar estos objetos y la caballería solo puede pasar entre las piedras con mucho cuidado. Este efecto ralentizador produce una zona de abatimiento al cruzar las piedras o rodearlas, ofreciendo una oportunidad ideal para que las unidades de proyectiles ataquen al enemigo.
Las estacas de madera son uno de los métodos de defensa más común en los asentamientos. Son muy sencillas pero a la vez muy eficaces y se colocan a 45 grados con puntas afiladas, listas para atravesar a los hombres o caballos que ataquen. Pueden evitarse con facilidad moviéndose despacio, aunque esto también puede ser aprovechado por las unidades de proyectiles. Las estacas, plantadas con ese ángulo, permiten a los defensores salir al ataque sin el riesgo de acabar atravesados por estas.
Los abrojos eran un arma extremadamente versátil. Gracias a su forma geométrica, pueden colocarse en el suelo para crear empalizadas bajas, o entrelazadas para crear la forma del abrojo. Debido a su forma, los abrojos pueden matar a unidades que corren o van a la carga desde cualquier dirección, algo que las estacas no pueden hacer.